Discurso pronunciado por el doctor Plácido Morales Vázquez en el Teatro de la Ciudad "Esperanza Iris" con motivo de Chiapas-Mexicano 2024.
CHIAPAS MEXICANO 2024
El Teatro de la Ciudad es hoy lugar de encuentro para reflexionar sobre: Chiapas Mexicano, Esperanza Iris se llama en honor a la soprano nacida en Ixtacomitán en 1888, un pueblo enclavado en las montañas del norte chiapaneco, cabecera del partido político regional de los 15 en que se dividía Chiapas en 1824, en ese año ahí se concentró el pueblo para manifestar el voto de 1,267 personas en favor de México, Ixtacomitán era una de las puertas de entrada a los antiguos caminos de Chiapas.
Las otras eran por el mar Pacífico el puerto San
Benito en el Soconusco, antes Gubernatura de la Corona Española y su capital
regional Tapachula, donde dieron 3,862 votos en favor de México, aunque después
optaron por Guatemala y al final se mantuvieron autónomos hasta 1842.
La otra puerta era la ruta de Guatemala por aquellos
caminos que ascendían de la depresión central hasta Ciudad Real, pasando por
pueblos extintos y San Bartolomé de los Llanos que aportó a la cultura el
invento de la marimba por el genio de Corazón Borraz y en el plebiscito votaron
2,400 en favor de México.
Hubo otra entrada a Chiapas por “La puerta” hoy Puerto
Arista en el litoral del Pacífico de Tonalá que aportó 1,270 votos en favor de
México.
En aquel 1824 Chiapas era una provincia confinada,
lejos de la capital mexicana, separado por marcadas regiones unas por el
Grijalva, otras por la cordillera de las montañas de las dos Sierras que parten
todo el territorio nacional.
La fragmentación también eran los 12 pueblos originarios, conformados algunos en naciones cuyas lenguas y costumbres marcaron una distancia entre ellos y el mundo mestizo.
Así era Chiapas en 1824, esa incomunicación hacía difícil
organizar un plebiscito, pero pudo más el ingenio y el esfuerzo de nuestros
antepasados que lo hicieron posible.
Se convocó al plebiscito el 23 de abril y se concluyó
el 12 de septiembre cuando se hizo el escrutinio del que resultaron 96,829 a
favor de México, y 60,400 por Guatemala, 15,724 neutrales. Se publicó el Bando
Solemne declarando a Chiapas Estado Libre y Soberano de la federación mexicana
el 14 de septiembre de hace hoy dos siglos.
Pasaron doscientos años en que al tiempo lo miden
hechos históricos; vivimos la guerra entre centralistas y federalistas, emblemática
para el reciente Chiapas Federalista, causa a la que entregó su vida “Joaquín
Miguel Gutiérrez”, cuyo apellido nombra nuestra ciudad capital, Tuxtla Gutiérrez.
Chiapas estuvo presente en la Reforma, la Intervención
y el Imperio en aquellos tiempos trágicos para la patria entregamos sangre y
sacrificio de chiapanecos dirigidos por Pantaleón Domínguez, Cenobio Aguilar, Salvador
Urbina y Ángel Albino Corzo cuyo apellido ostenta la heroica Chiapa.
Así vivió Chiapas estos dos siglos, al inicio de los
movimientos de la revolución mexicana: Voces Chiapanecas resonaron para la
historia: Belisario Domínguez dignificó al Senado de la República con su
valeroso discurso en el que endosó su propia vida, vigente para los
legisladores de hoy: “asuma su responsabilidad la representación nacional y la
patria estará salvada”. Comitán, antes de las flores, honra la memoria del
médico del pueblo y héroe de la patria, con su apellido Comitán de Domínguez.
Otra voz resonó en el Constituyente de Querétaro, en el
Senado de la República y en su obra histórica: Luis Espinosa cuyo apellido honra
a Ocozocoautla pueblo de su nacimiento.
Así comenzó el siglo XX para la lejana provincia de
Chiapas, con la llegada de los ferrocarriles al norte por Pichucalco y
Palenque, al sur el Panamericano que integró por Arriaga al Soconusco, en los
años 40 la carretera panamericana nos acercó más al centro aun así seguíamos
distantes.
Así llegamos al fin del milenio saturados de satisfacciones
y algunas tragedias, en 1948 Chiapas asombró al mundo con el descubrimiento de
Bonampak, en 1952 Alberto Ruz Lhuillier abrió a la luz el Templo de Las Inscripciones para develar el misterio de Pakal sepultado por mil años y
colocar a Chiapas en el mapa del turismo mundial. En 1960 el grupo Pañuelo Rojo
cruzó el indómito lecho del Grijalva en el Cañón del Sumidero, en la década de
los 70´s Chiapas entregó a México la fuerza de su río con las grandes
hidroeléctricas y el descubrimiento del petróleo en Reforma y Pichucalco. En
esa década también inició la colonización masiva de la selva Lacandona, con la
deforestación consecuente, dejando a esa inmensa reserva natural devastada y al
límite del desierto.
Chiapas
despertó el primer día de 1994 con un alzamiento indígena reclamando los
derechos de las minorías: igualdad, libertad y justicia, demanda que cimbró la
conciencia mundial y enseñó a los globalizadores quienes ilusionados por la
modernidad habían olvidado que existían los desposeídos.
Así
vivimos el final del milenio y las dos décadas hasta hoy, 2024, 14 de septiembre,
dos siglos mexicanos.
Chiapas hoy, 3 siglos de colonización no destruyeron
ni modificaron el alma de los pueblos originarios, éstos ante la encomienda
española se remontaron a las montañas y a la sierra para preservar su lengua y
costumbres, mientras en otros pueblos se fundían razas, generando nuestro mestizaje
que hace la policromía de sangres en las distintas regiones de Chiapas.
Chiapas hoy, a pesar de nuevas vías de comunicación
que lo integran más, la separación de sus regiones por esa marcada geografía
determina modos de hablar, de ser y de existir distintos.
Chiapas hoy, separado, diverso, reencontrado con su
pasado ahora presente, unido por los símbolos de la patria que en estos días
festejamos, estrechados por nuestra música de marimba cuyas armonías avivan el
sentimiento de comunidad y de pertenencia, que nunca olvidamos estemos donde
estemos y vivamos donde vivamos.
Chiapas está presente en nosotros, lo amamos allá y lo
añoramos y amamos aquí, es la tierra prometida que nos dio la razón de ser chiapanecos,
es el verso que nos adentra en el alma del barrio con Noquis Cancino, la que
nos estruja el corazón con la poesía de las lágrimas, el sudor y la sangre de Jaime
Sabines y la narración sobre el bucólico mundo provinciano, el dolor del
agravio y el fanatismo en las novelas de Rosario Castellanos, es de Chiapas
donde recoge fantasmas, mitos y leyendas perdidas en los cuentos de los viejos:
Laco Zepeda.
Chiapas es alegre y festivo, habla su música, de la región que sea, el tambor y el carrizo
con que se bajan las Copoyitas en Tuxtla, las danzas del Cohuiná en el Carnaval
de Coita, la marimba hecha orquesta por los hermanos Domínguez, y la rítmica
música de los contemporáneos: Paco Chanona y su Pulpa de Tamarindo, Jorge
Macías quien ascendió ya en su Nube Viajera y el cantautor Carlos Macías a
quien escucharemos hoy.
Chiapas tiene también otros rostros el de la pobreza,
el del dolor de las familias que sufren el abandono del padre necesitado de
emigrar, el de la emigración masiva de los desposeídos que buscan mejores
horizontes para vivir, el de la impotencia ante la inseguridad, el de las mujeres maltratadas, el de los niños
excluidos por la miseria.
Pero Chiapas es grande, son más grandes sus ventajas
que sus desventajas, y Chiapas hoy vive la esperanza, la de ser como es un
pueblo laborioso, creativo, enérgico, festivo y patriótico.
Este 14 de septiembre cuando cumplidos dos siglos de
nuestra reafirmación como mexicanos: late México en el corazón de Chiapas,
vivimos México y vivimos Chiapas, México y Chiapas vivirán.
¡Viva Chiapas!
Comentarios
Publicar un comentario